lunes, 24 de septiembre de 2012

La Chancha: "Si todos los poderosos vivieran con lo básico, como Mújica, el mundo cambiaría"


Desde Uruguay, la histórica banda La Chancha llega a Buenos Aires para presentar su formato playero por primera vez en el país.

“Que 20 años no es nada”, entona Carlos Gardel en el tango Volver. Entonces, ¿qué significará más de 25 para los uruguayos de La Chancha? “Hasta ahora no nos aburre ni nos complica la existencia”, lanza Juan Bervejillo, guitarrista y voz, desde su teclado al otro lado del río, en Montevideo. La banda se presenta el viernes 28 en Cátulo Rock –Av. Scalabrini Ortiz 1685- en su formatoLa Chancha Playera, junto a los locales Tierra de Fuego y SensaFilo. “Este show dará más un clima de ceremonia acústica donde todo está para distenderse, como en un cumpleaños”, cuenta Bervejillo.
-La eterna discusión: El rock uruguayo está en pleno ascenso, ¿a qué factores le atribuyen esto?
-El rock uruguayo no está en su mejor momento, pero sí se puede decir con propiedad que muchos músicos y bandas uruguayos, dentro del estilo popular, tienen un auge interesante en el resto de América. A nosotros no se nos escapa que pateás una baldosa y sale un tipo tocando la viola. Hay de todo y muy bueno: sólo es cuestión de gustos.
-Hace ya bastantes años que pasan por Argentina, ¿qué es lo que les gusta de este país?
-Para nosotros es una aventura, una oportunidad de cambiar de ambiente y mostrarnos en un medio mucho mayor que el nuestro. El país es enorme y sólo conocemos Buenos Aires. Como ciudad es hermosa aunque la inmensa cantidad de gente y la aceleración que tiene nos estresa un poco. También da por la curiosidad, es muy interesante como cambian los pueblos dependiendo de la región.
-¿Y en cuanto a un nivel gubernamental? ¿Están al tanto de las medidas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner? ¿Coinciden o disienten?
-No conozco mucho por lo que no estoy en condiciones de opinar. Por acá se la critica por ciertas medidas proteccionistas que afectaron mucho el tema del comercio y dejaron mucha gente de a pie. Creo que es una persona con huevos, valga la paradoja, que no hace la plancha y les hace frente los grupos de poder como el agro o los medios. ¿Populismo o justicia? Yo que sé. La política es tan compleja, hay favores y revanchas, presiones e intereses.

-En el último tiempo se estuvo hablando acerca de la precaria, y humilde, situación del presidente uruguayo José Mujíca. ¿Creen en eso?
-Mujica no es un personaje: siempre fue así y convertirse en presidente no le cambió los hábitos; apenas tuvo la delicadeza de comprarse un traje porque no tenía. Es una especie de prócer, un caudillo y un tipo con una profundidad casi filosófica, más que política, y eso que somos escépticos políticos. Un tipo atropellado e impulsivo pero con una calidad humana que es inédita en la raza a la que pertenece. Si todos los poderosos del mundo copiaran el ejemplo suyo de vivir con lo básico y donar lo superfluo, el mundo cambiaría.
-¿Cómo ven a Uruguay en relación a la comunión Latinoamericana?
-Hace 40 años nuestros "gobiernos" coordinaban para la represión y hoy para la integración. Uruguay tiene, como todos, cosas a ganar y cosas a perder. Hay una confianza en la buena fé de los vecinos, de que de una vez por todas tenemos que hacernos fuertes, hay material y voluntad. La burrocracia y la diplomacia son los obstáculos.
-Formaron la banda un año después del último gobierno cívico militar de Uruguay. Pero hoy, existe una paz relativa en todo latinoamérica. ¿De qué intentan hablar ahora, entonces?
-Hay muchas cosas en la vida además de la política. Vivimos amenazados por poderes corruptos y malévolos, entre ellos las multinacionales financieras, las corporaciones de los medicamentos, de las patentes, del petròleo, de los medios de comunicación, de los
alimentos, de las armas, de las drogas. La gente común vive bombardeada por estupidez y consumo, se fomenta la masificación como forma de conservar al dominio, no es poco como tema de conversación. Aparte están nuestras ganas de divertirnos y nuestros sentimientos, que no son poca cosa.

*Publicada en Revista El Bondi

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