miércoles, 26 de diciembre de 2012

Round duro contra una puta enfermedad



Campera de cuero roja, anteojos de sol y una pose de galán inquebrantable, Sergio Maravilla Martínez tiene tal seguridad sobre sí mismo que nadie podría pensar que, minutos después, la timidez lo invadiría por completo. Con Pablo Sarmiento, su entrenador, a un lado, se encuentra frente al público con el que se siente más cómodo: la prensa. El púgil comparte la mesa y la ocasión con Martin Murray, el retador contra el que peleará el 27 de abril, y varios funcionarios nacionales. La presentación de la pelea con la que pondrá en juego su título mundial de la CMB no lo atemoriza. Pero alguien irrumpe la cronología de la conferencia y le descoloca su sonrisa. 

-Pensábamos hacerlo después -dice Horacio Cabak, el presentador del evento- pero es mejor ahora. ‘Maravilla’ va a dar unas palabras acerca de un acto a beneficio que hizo con mucho amor.

Con voz trémula e inquietante, Maravilla mira el centro del salón, se levanta de su silla e intenta esbozar unas palabras. No puede. Finalmente se repone, divisa a los integrantes del grupo Luna Nueva, apunta al frente, a los flashes de las cámaras, e intenta componer una oración coherente de una idea de la que parece estar muy seguro.

-Les voy a hablar de una enfermedad muy puta -dice Martínez.  Pensaba hacerlo detrás de cámara, pero los que saben me insistieron en que lo haga de manera pública. Para que los demás puedan copiar esta acción.

Meses atrás, a Martínez le llegó un video en el que un grupo de mujeres con cáncer cuentan su historia de vida. Emocionado con la situación, decidió colaborar económicamente para ayudar con sus comedores y tratamientos. Para este momento, muchas ya murieron.

Entre analogías pugilísticas de autorreferencia, el boxeador intenta dar lecciones de vida. “En el último round de la pelea con Chavez Jr. (N. del A: Fue en septiembre y Martínez ganó) caí bien caído. Pero me levanté y seguí luchando durante el último minuto y medio”, -dice-, “a veces ese minuto y medio valen toda una vida, por eso no hay que aflojar nunca.”

En representación de la fundación, Verónica Escobar, de más de 50 años, sube al escenario para recibir un cheque simbólico por 250 mil pesos. Lo abraza a Sergio como si se aferrara a una última cura. Lo besa, le da las gracias, y vuelve a su asiento. “Ahora sí, vamos a dar comienzo a las preguntas de los periodistas”, anuncia Cabak.

La habitación se llena rápidamente de murmullos. Tantos que la mujer pasa al olvido en instantes. Ubicada atrás en la audiencia, más cerca de los camarógrafos y de los baños que del escenario principal, ella seca con el puño derecho las lágrimas, se apoya en sus dos compañeras y a una le susurra al oído: “Ahora sí estamos a un paso más cerca de ganarle a esta puta enfermedad”.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Agapornis: el nuevo sonido de la clase media

En poco tiempo lanzarán su nuevo disco, que tendrá sus propias canciones. 


Nacieron hace dos años como un pasatiempo para matar el tiempo libre entre las giras de Rugby. Su relación con la fama a una edad temprana. El 7 encabezarán el primer festival de cumbia masivo de la Argentina.

Todo empezó como un pasatiempo. En 2010, en medio de una gira deportiva por Sudáfrica, un 
grupo de amigos de La Plata Rugby Club llevó para entretenerse en sus tiempos libres una guitarra criolla, un güiro y un sapito. El repertorio que tenía más éxito estaba compuesto por clásicos versionados en ritmo de cumbia. Al volver, decidieron profesionalizarse. Juntaron a sus conocidos para armar una banda y salir a tocar por la ciudad; le dieron el nombre de Agapornis. Sólo dos años después, este grupo de veinteañeros va a encabezar el primer festival de cumbia masivo de la Argentina en el estadio de GEBA -con capacidad para más de veinte mil personas-,  donde presentarán su primer disco “Volando con ritmo”, respaldados por una de las discográficas más importantes del país.

-¿Qué se siente estar presente en todas las casas de la Argentina? Digamos que los chicos escuchan sus canciones antes de salir, y también las pasan en
la mayoría de los boliches de moda.
Leandro Zingale: -La verdad es que no deja de sorprendernos. Tenemos muchos conocidos que viajan por el mundo, y nos contaron que nuestras canciones suenan en Brasil, Estados Unidos y hasta en España. Al principio eran amigos que llevaban la música pero después nos enteramos que ya eran terceros los que las cantaban. Un flash increíble.

-¿Cuándo se dieron cuenta de que la estaban pegando?
Juan Martín Garriga: -A principios de este año. Antes del verano habíamos grabado el cover de Persiana Americana y Si te vas, y lo subimos al Facebook. Y a partir de eso fue cuando empezamos a recibir mensajes de todos lados que nos decían que las canciones estaban sonando a full. Encima no tocamos en ningún lado en esos tres meses. Cuando pasó esto, organizamos un evento en La Plata y explotó. La gente estaba como loca con los temas.
L.Z: -Ahí nos cayó la ficha y empezamos a grabar nuevas canciones que al poco tiempo también la pegaron. Salimos en Telenoche, en La cocina del show y en Fútbol para Todos, y ahí como que todo empezó a tomar una magnitud más importante. Nos propusieron hacer un anfiteatro gigante en Córdoba para siete mil personas y cuando llegamos nos enteramos que estaba todo lleno y había quedado gente afuera.






Agustín Cairo, gúiro; Juan Martín Garriga, Guitarra y voz; Juan Pérsico, octapad; Belen Condomi Alcorta, voz;  Juan Cruz Costabel, teclados;  Gonzalo Mendes, guitarra; Santiago Etcharte, timbales; Leandro Zingale, bajo.

-¿Cómo era su vida antes de ser ‘famosos’?
J.M.G: -No muy diferente. No es que no estamos dedicados, pero la mayoría sigue con su laburo o estudio. Lo único que notamos es que ahora no entrenamos, ya no jugamos más al rugby. Por una cuestión de tiempo, dedicamos el poco tiempo libre que tenemos a ensayar.

-Cada uno trabaja o estudia por su parte, además de la banda.
J.M.G: -Ninguno decidió dedicarse de lleno a la música porque esto se dio por casualidad y estamos dejando todo ahora, pero nunca tuvimos como objetivo llegar a poder vivir de la música. Hemos llegado a rechazar fechas porque es el cumpleaños de un amigo nuestro. Queremos disfrutarlo, no queremos decir ‘uy, qué fiaca, tenemos que ir a tocar’. Y creemos que la gente se da cuenta de esto. Saben que somos pibes como ellos, que hacemos esto sólo porque nos gusta.  

-¿Y la gente los reconoce por la calle?

Santiago Echarte: -En Capital Federal no nos pasa tanto pero en La Plata sí. Capaz que estamos caminando por la calle, o cuando estamos en grupo, y nos saludan. Por suerte son todos muy respetuosos en cuanto a eso y saben comportarse para no incomodarte. El otro día nos pasó en la fiesta de una revista que hasta los famosos nos pedían fotos. Soffritti, Peter Alfonso o Peter Lanzani son algunos. Hay como una reacción por parte de la gente pero todavía no nos cae la ficha..

-¿Cómo se sienten frente a esta situación del reconocimiento y de empezar a ir a algunos eventos que antes no estaban acostumbrados?
Agustín Cairo: -Está muy bueno. Claro que es una experiencia nueva que no se da normalmente. Ir a un evento en el que están las personas famosas que a todo el mundo le gustaría conocer.

J.M.G: No nos sentimos famosos, somos más bien espectadores. Llegamos a un evento no desde su perspectiva, sino desde la nuestra, de pibes que no tienen nada qeu ver con ese mundo. Si nos ves a nosotros ahí no es que estamos todos serios, sino en la nuestra. Chusmeamos las cosas que pueden pasar ahí o por ejemplo hablamos de chicas... ‘Che, mirala a esa famosa...”

-¿Qué chicas les llamaron la atención?
S.E: -La “niña” Loly, la Sueca, Sabrina Rojas, Araceli González, Alejandra Maglietti estaban en esa fiesta, por ejemplo.

-¿Y qué piensan de su reconocimiento? ¿Va a ser algo efímero o va a durar en el tiempo?J.M: -Nosotros lo disfrutamos. Si durá de acá al verano, durará eso. Como no buscamos vivir de esto, hasta donde llegue va a estar bien. Aunque se dé creo que no vamos a dedicar toda la vida a ser músicos. Quieras o no, hoy en día, esto es un fenómeno. Ahora estamos en la cresta y aprovechamos al máximo todo lo que nos está pasando.

-¿Y por qué razón creen que tuvieron tanta repercusión?
S.E: -Indudablemente lo nuestro es una moda. Creo que venimos a llenar un espacio que había dejado vacante la cumbia villera hace algunos años. Lo nuestro no es algo revelador, algo que no se haya hecho. Lo hacen Los del Fuego hace más de veinte años, pero tal vez, nuestra ventaja, fue haberlo llevado a otro tipo de público, que tal vez no es el que frecuenta las bailantas, pero que sí le gusta nuestras canciones. Por supuesto que tuvimos problemas con los rockeros más ortodoxos al mostrarle nuestro cover de Persiana Americana, de Soda Stereo. Pero en general son buenas las respuestas. Somos conscientes de que esto puede durar hasta mañana, pero nos concentramos en disfrutar el momento, al mismo tiempo que terminamos nuestras carreras universitarias.


-Ahora que se pasan las semanas de provincia en provincia, ¿cambió en algo la convivencia?
J.M.G: -Para nada. Por lo general es muy buena. Nos conocemos de hace más de 10 años y sabemos lo que a uno le molesta y lo que no. Por suerte estamos todos muy en la misma, en divertirnos, y eso nos ayuda a tirar para el mismo lado. No voy a decir que no tenemos peleas, pero son peleas momentáneas nada más.  

-¿Y al estar Belén en el medio?
-Ella es como nuestra hermanita más chica. Claro que con ella nos cuidamos, pero igualmente al estar su novio Gonzalo en la banda, también se siente más contenida (Ver recuadro). A veces le ofrecemos, cuando se puede, que traiga alguna amiga a la gira como para que esté más cómoda, pero por ahora nunca se quejó.

-¿Cómo se preparan para el show de GEBA? Tal vez uno de los más importantes de su corta carrera.

S.E: -Por ahora muy nerviosos. La idea es un festival gigante que empiece temprano, tipo 9,10, con cinco carpas de los mejores boliches de Argentina y muchas bandas que animen la noche. La idea es que sea un festival gigante, no de Agapornis, sino que Agapornis sólo toca en un momento de la noche.

-Tienen un nombre raro, ¿por qué Agapornis? A.C: -Lo elegimos en marzo de 2011, cuando todavía estábamos en verano. Un día en la pileta, me acuerdo que discutíamos qué nombre ponerle a la banda y aparecí con mi pajaro Tuqui colgado del hombro. La cuestión es que el loro era de una raza llamada Agapornis, que vive siempre en pareja. Son de alguna manera inseparables. Y nos gustó mucho ese símbolo que representa. Tal vez signifique que nosotros, como grupo de amigos, también somos inseparables. .


*Publicada con edición en Revista Popstar 63.
Fotos: Gentileza Sony Music.