Los correntinos lanzaron su cuarto disco “Torrencial” y cuentan cómo fue el
proceso, en qué se inspiraron para componerlo y las disyuntivas de ser una
banda under.
“¡Superlativo!”,
grita un muchacho exaltado después del final de cada canción de la noche. Ni
por cargoso ni entusiasta, el muchacho hace recordar a Bart Simpson sin el chillón color amarillo. La
banda tomó el elogio, lo modificó y lo usó a su favor. A diez años de su
nacimiento, los correntinos fundaron y evolucionaron un sonido que hoy
presentan en su cuarto disco “Torrencial” en la demencia de Capital Federal.
Ellos son Superlasciva.
En la casa del
guitarrista Manuel Farizano se respira un aire de intelectualidad. Vive en un
edificio viejo, ubicado en el barrio de Almagro, y para llegar a su
departamento hay que cruzar un zaguán como los retratados por Borges en su
bibliografía. Hay libreros, luces tenues y un gran ventanal que muestra la vista
interna de los inquilinos, en el marco de una de las últimas noches de calor
agobiante que otorga el otoño.
Falta casi un
mes, pero acaban de terminar uno de los ensayos donde empiezan a moldear lo que
será la presentación del disco en Niceto Club el 12 de mayo. La sala está
equipada con todos sus instrumentos recién enfundados, un iMac de 27’ y varias
consolas donde el guitarrista también hace trabajos para sus aliados musicales.
“Acá Bicicletas hizo los demos del último disco”, se yergue orgulloso el tocayo
del hombre de las seis cuerdas y manager ambas bandas.
En el sillón, junto
a la lámpara y el equipo de música, están sentados el bajista Agustín Macías;
Fernando Mansilla, el tecladista y el cantante Roberto Decotto. Los tres
charlan amenamente hasta que llega Manuel y se presenta, para luego sentarse
también. Leonardo Álvarez, el baterista, acaba de irse a su casa. “Así son,
¿Viste? Terminan de hacer lo suyo y huyen despavoridos”, bromea alguien
alrededor de la mesa. Un gato de seis meses que no se cansa de refunfuñar se
despereza sobre las piernas cruzadas del guitarrista, mientras lo acaricia.
-¿Cómo creen que
cambió el sonido desde “Seducciones violentas” hasta “Torrencial”?
Manuel:
-Me parece que hay un crecimiento natural del grupo y de la búsqueda músical.
Para este disco se laburó mucho. Ponele que todas las canciones estaban
terminadas para finales de 2009, salvo dos. Y las empezamos a laburar en 2010, al mismo tiempo que inauguramos nuestro
estudio.
-¿Cómo fue el proceso de grabación?
-¿Cómo fue el proceso de grabación?
Roberto:
-Se grabó en vivo en Ion. Cuando entró Leo a tocar la batería, justo se fue el otro
guitarrista –Hugo Rossi - , y el otro batero –Federico Estévez-, y entra un
tecladista por lo que cambió radicalmente el sonido. Además yo agarré devuelta la guitarra acústica
–la había dejado de tocar en Seducciones-,
la de acompañante. Ahí empezamos a buscar un productor con el fin de tocar en
vivo. Habíamos laburado dos discos con Manza Esaín, y era una de los posibles
porque nos encanta su laburo, pero finalmente nos sentamos a hablar y decidimos
que nos vendría bien probar otro sonido y dijimos: "Bueno, busquemos uno que haya grabado discos
clásicos de nuestro país”.
¿A quién apuntaban?
Manuel: -Y primero nos entrevistamos con “Tweety” González pero no nos convenció o nos pasó un presupuesto que tampoco nos cerró. Después tuvimos la primera entrevista con Mario Brauer, quien nos dejó con la mejor de las impresiones. Él es un tipo súper humilde que además es capo en todo lo que hace, pero (como si esto fuera poco) te trata como a un igual. Y que además te hace cagar de risa en cada de risa en cada momento que puede.
¿A quién apuntaban?
Manuel: -Y primero nos entrevistamos con “Tweety” González pero no nos convenció o nos pasó un presupuesto que tampoco nos cerró. Después tuvimos la primera entrevista con Mario Brauer, quien nos dejó con la mejor de las impresiones. Él es un tipo súper humilde que además es capo en todo lo que hace, pero (como si esto fuera poco) te trata como a un igual. Y que además te hace cagar de risa en cada de risa en cada momento que puede.
Como
en nuestro estudio se puede grabar todo en vivo también, grabábamos y después
yo me quedaba escuchando todo. Cuestión que después de 3 o 4 ensayos, yo le
llevaba una grabación a Mario para que vea qué le parecía e ir afilando todo.
Antes de arrancar un ensayo escuchábamos las partes y por ahí nos fijábamos qué
estaba bien y qué no.
Fernando:
- Es importante apuntar que lo grabamos con la plata que salió de los shows,
así que en ese sentido podemos decir que nos dimos un gran gusto.
¿Puede ser que el
disco esté dividido en dos partes?
Fernando:
-Sí, sí, hace un descanso en “El pensamiento”
Roberto:
-Yo creo que los primeros 6 temas tienen como algo del sonido nuevo que
incorporamos mientras que de ahí en adelante hay como un regreso a las cosas
viejas que veníamos haciendo.
Fernando:-
Pero ponele, en “El pensamiento” hace una inflexión y se re nota eso.
Manuel:
Eso se me ocurrió al hacer las mezclas. Terminaba “El pensamiento”, y dije:
‘Este tema es final de un disco o es final de un lado A” y ahí empieza a surgir
la idea y se empiezan a acomodar los temas para que se acomode todo.
-¿Fue a modo de disco
conceptual?
Manuel:
-No tanto en lo lírico pero sí en lo musical. Todo el disco tiene un ambiente
característico por lo que concordamos en crear una concepción sonora.
-¿Y desde lo lírico?
-¿Y desde lo lírico?
Manuel:
-No me animaría a decirlo. Es muy difícil componer 12 canciones que sigan un
mismo concepto. Sí te podría decir que muchas de ellas vienen desde un mismo
lado por la inspiración pero decir que todas abarcan un mismo concepto sería
erróneo.
-“Mi derrota
invicta”, además de ser la canción que podría definir el sonido de esta nueva
étapa, tiene olor a corte de difusión. ¿Cómo lo compusieron?
Manuel:
-Es el inicio de una relación mientras que “Bien por Ti” es la étapa de esa
misma relación. Muchas letras están inspiradas en una relación que tuve yo con
una chica que fue tapa del disco anterior. Entonces entre todas esas hay una
hermandad. Por ahí que en “Los vertiginosos” cierro la idea de lo que es una
pareja turbulenta. Uno para componer usa todo lo que puede. Por ejemplo: leer me dispara muchas ideas a
mí.
¿Algún
libro en especial?
Manuel:
-Anduve leyendo mucho Octavio Paz, un poeta increíble. “Libertad bajo palabra” lo tuve muy en cuenta. Justamente con esta ex pareja lo leíamos todo el
tiempo.
El gato se cansa de escuchar las
cinco voces y comienza un viaje por el departamento. Salta de un mueble a otro,
hace un descanso en una mesada y emprende el desafío final: la sala de ensayo.
Marca la pauta de que es hora de terminar la entrevista y empezar las fotos.
Todos se acomodan frente a la fotógrafa y el felino busca desesperado: el
platillo de la batería es el mejor lugar para el primer plano.
Lejos de quedarse satisfechos, los
cuatro hombres de la foto, continúan evolucionando, creciendo con su música. Finalmente,
el adjetivo máximo que les acestó ese muchacho diez años atrás no les quedó
corto. El quinteto está en su mejor momento y con todo un futuro prometedor por
delante.
*Publicada en Revista El Bondi número seis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario